Hay muchos blogs y muy buenos, dedicados a lo que se conoce como rock nacional, a su historia y difusión de canciones, grupos y discos.
No pienso competir con ellos... sería infructuoso para mí y carente de sentido.
Lo que pretendo en este espacio es compartir una serie de rarezas, anécdotas varias y dulzuras eternas, que he ido descubriendo en este camino de tratar de conocer mejor a los hombres detrás de los ídolos... cuestiones que los hacen más humanos y más grandiosos a su vez...
Espero lo disfruten, yo por cierto lo haré...
"Bienvenidos al tren"

sábado, 17 de noviembre de 2012

Crónica de un encuentro...


Este breve encuentro se produjo en 1990, cuando el músico salteño Gustavo “Cuchi” Leguizamón se encontraba grabando la música de la película “La Redada” que dirigió Rolando Pardo sobre un relato de Teuco Castilla.

La sala donde se grabaron las primeras pistas de la banda musical, se encontraba en una casa antigua que contenía otros pequeños estudios de grabación. En uno se encontraba Luis Alberto Spinetta que, como se sabe, era uno de los músicos del rock nacional que más horas le dedicaba al trabajo de grabación, experimentación y composición.

Cuando “El Flaco” se enteró por uno de sus músicos que ya había compartido algunas sesiones con el salteño, acerca de la llegada del Cuchi, se paró en la puerta a esperarlo.

Al rato llegó Leguizamón con su hijo Juan Martín y otros músicos. Y antes de cruzar el umbral, Spinetta le saltó al paso atajándolo. De rodillas y con las manos en rogativa, le espetó un emocionado “¡Maestro! ¡Maestro!”, a lo que El Cuchi contestó “¡Eh! ¡Chango loco, parate, dejate de macanear!”, y lo abrazó.

Según cuentan, El Cuchi lo había reconocido. Ya había escuchado la música de Spinetta a quien tenía como un gran innovador y buen poeta. El compositor salteño nunca dejaba de prestar oído a lo nuevo que se hacía en el país relacionado con la música, en cualquiera de sus géneros. De esta manera, hasta su casa llegaban compositores como León Gieco o Fito Páez, que comprendían más que sus contemporáneos la estética que Leguizamón buscaba en sus composiciones. Estas nuevas generaciones veían en él una especie de Villalobos andino, donde el folklore, sin dejar su profunda raíz, se renovaba y les poblaba los oídos con sones que hasta ese momento nadie había ejecutado.

Apremiados por las horas pactadas para usar el estudio de grabación, ambos músicos trataron de estirar la breve charla todo lo que pudieron, pero tuvieron que regresar a sus quehaceres, dejando como documento de ese encuentro, esta foto que hoy reproducimos.


martes, 6 de noviembre de 2012

EL ÚNICO Y VERDADERO B.A.ROCK VUELVE EN 2013

Esto escribía Daniel Ripoll en su muro de facebook:
Muchos mensajes preguntan si el festival anunciado como “Buenos Aires Rock”, a realizarse en el estadio Malvinas Argentinas, tiene relación con mi Festival B.A.ROCK. Debo comunicar categóricamente: Ese festival NADA TIENE QUE VER con el verdadero, único y legendario B.A.ROCK, que todos conocen, sostuvieron y promovieron a través de varias generaciones hasta nuestros días. El FESTIVAL B.A.ROCK, volverá, como anuncié, en el 2013, y contará con la presencia de los grandes músicos argentinos de todos los tiempos y los promisorios y destacados de las nuevas generaciones, de donde seguramente, surgirán los artistas que harán historia en el futuro.

Pido a todos mis amigos, que me ayuden, difundiendo este comunicado y adviertan a sus propios amigos sobre cuál es el verdadero y legendario B.A.ROCK, una leyenda del Rock Nacional que atravesó las décadas para convertirse en el gran referente de la música argentina.

Desde ya agradezco el extraordinario apoyo que me están brindando tanto los grandes músicos así como las nuevas bandas y solistas de todo el país. B.A.ROCK es una fiesta nacional que tengo la obligación de preparar con esmero y cuidado para que esté a la altura de su prestigio y expectativas. Sé que para eso cuento con la ayuda, la defensa y las opiniones de todos ustedes y también de los miles de seguidores que este evento histórico tiene en el país.

¡Vuelve B.A.ROCK, vuelve el ROCK NACIONAL a su lugar!

Gracias a todos. Daniel Ripoll

domingo, 21 de octubre de 2012

Fragmento de "Escuchá qué tema": Muchacha (ojos de papel) Almendra. Luis Alberto Spinetta.

El siguiente análisis es un fragmento del libro "Escuchá qué tema. La filosofía del rock nacional". De  Alejandro Rozitchner. Ensayo. Buenos Aires, Editorial Planeta. 2003. 

1
Muchacha ojos de papel,
¿adónde vas? Quédate hasta el alba.
Muchacha pequeños pies,
no corras más. Quédate hasta el alba.

Muchacha ojos de papel: Para empezar, "muchacha", ¿por qué "muchacha" y no "piba", "flaca", "chica"? (Hay gente que usa extrañamente el "chico", o "muchacho" para llamar a un flaco en la calle. En Venezuela de repente te dicen: "epa, bachiller") Podríamos decir que el uso de la palabra "Muchacha" tiene el sentido de introducir una especie de fineza, como si fuera la primera piedra para construir un ambiente poético intencional, pero la intensidad del tema, el hecho de que sea un tema que se adueñe tan fácilmente del corazón que lo recibe, hace que una lectura mal intencionada sea imposible. En la barra de un happy hour conversaba el sábado a la noche con Ximena, mi esposa, sobre este análisis. Ella opinó que "muchacha" venía del pasaje natural de lo homosexual adolescente a la heterosexualidad adulta, que la "muchacha" era una mujer que había surgido de un "muchacho" previo. Es decir, que la palabra "muchacha" designaba un primer nivel de diferenciación sexual, en una canción que puede con justicia ser considerada una joya emocionante del amor adolescente. Me convenció su punto de vista. Qué bien hice en casarme con ella.

Después está el asunto de los ojos de papel. Los ojos de papel, le decía a mi mujer en esa barra de un feliz happy hour el sábado a la noche, eran una imagen comprensible de modo directo, pero no podía transformarla en pensamiento. A lo sumo podía decir que el papel, quebradizo, acentuaba el carácter plano de una mirada que ayudaba a representarme los ojos de esta muchacha enamorada. A mi me sugiere una mirada extática, quieta, arrobada, fija. Ojos en los que se puede leer, como en un papel. Ella le dio otra vuelta. Me dijo que el papel era la representación perfecta de lo ideal, sea porque en el papel aparece lo escrito o porque en él se imprime una foto, falta de dimensión y de carnalidad. Ojos de papel son ojos idealizados, ojos que no tienen carne. Me convenció.

Después viene la pregunta "¿adónde vas?". Entiendo masculinamente que la mujer va para algún lado y es interceptada por uno. La pregunta clásica, ¿solita?, muestra este sentido, que podemos extrapolar a una dimensión simbólica. ¿Adónde ibas en la vida cuando yo te encontré, y por qué no torcés tu rumbo para juntarlo con el mio? Suponiendo que el hombre sabe adonde va y que el ir de la mujer es en parte un ir que espera ser interceptado por la pregunta de un hombre que la intercepta. Ximena me dijo que para ella en la adolescencia las mujeres se llevaban el mundo por delante, que eran más poderosas que los hombres, y que tal vez la pregunta tenía que ver con que el pibe estaba un poco asombrado de la certidumbre de ella. Puede ser.

En todo caso después dice "quédate hasta el alba". Puede ser equivalente a un prosaico "no te levantes del lecho de amor, no te vayas a tu casa, quedate conmigo hasta que se haga de día", realizando la fantasía universal de dormir con la persona a la que uno quiere, o, como me sugirió la muchacha que es mi esposa, este "quédate hasta el alba" puede también querer decir que él desea que ella se materialice, que forme parte del día, de lo visible, que pase de ser un ser nocturno, hecho defantasía y deseo, a existir como un animal de día, pleno, concreto, tocable, dormible y visible.

2
Sueña un sueño despacito entre mis manos
hasta que por la ventana suba el sol.
Muchacha piel de rayón,
no corras más. Tu tiempo es hoy.

Cuando llegamos al "sueña un sueño despacito entre mis manos" a mí me dieron ganas de llorar. La hour seguía siendo muy happy, pero me emocioné pensando en esa imagen de ternura tan lograda y recordando cuando yo era un adolescente conflictuado (redundancia: ser adolescente es -como la palabra lo dice- ser conflictuado) y escuchaba este tema en Caracas. Era como si Buenos Aires, mi ciudad entonces adorada a la distancia -hoy es adorada en presencia- me llegara toda de golpe por una hendija en la ventana de la mente. ¿En qué ciudad extraordinaria existe un ser de tal delicadeza y genio poético emocional como Spinetta- pensaba yo- capaz de inundar el universo social con un agua de emoción tan intensa y a la vez delicada y fina y potente y de semejante belleza? ¿Yo vengo de ahí, esa es mi ciudad, Bs As existe? Cuento todo esto porque creo que aunque uno no esté en otro lado esta canción comunica un poco la sensación de un mundo distante, pasado o inalcanzable, de un mundo en la que la delicadeza y la fuerza arrasadora de la emoción pueden existir de manera clara. Por lo general tanta emoción está contraindicada por los rigores de la vida. No es culpa del mundo, es uno el que no se juega tanto.

Sueña un sueño despacito entre mis manos: ¿se puede soñar despacio? Es un despacio que alude a lentitud pero también a suavidad. ¿Se puede soñar entre las manos de otro? En un nivel de entrega total, en la confianza y la intimidad amorosa. Hasta que por la ventana suba el sol: hay un paso del sueño a la realidad del día, un aterrizaje o advenimiento del mundo soñado al mundo de las cosas cotidianas. Casi podríamos decir que lo emocionante del tema es que propone Y LOGRA hacer presente en el día lo que corresponde al mundo oculto de la noche o de la fantasía.

"Muchacha piel de rayón": ¿Qué es el rayón? Una tela barata con la que se suplantó a la seda cuando, por la guerra, no se fabricó más. Se hacían medias y vestidos. ¿Piel de rayón? ¿Le está diciendo grasa a la mina? Piel de rayón quiere decir: una piel de suavidad corriente, suave pero no pretenciosa. Esto revela la fuerza de ese amor, que no necesita hacer de su objeto algo valioso a través de cualidades extraordinarias objetivas, sino en el que lo extraordinario es de otro orden. Piel de rayón, una suavidad un poco tosca y tal vez por eso una piel más amada.

"No corras más. Tu tiempo es hoy": Ella corría, iba de un lado a otro, perseguía siempre algo que estaba más allá, como una manera de no estar en su presente real. Quedate, no corras, tu tiempo es hoy quiere decir: este amor te realiza, te salva de una carrera sin fin. También puede entenderse que el tiempo es del que le habla a la muchacha, como si le dijera: llegó el tiempo en el que puedo tenerte, es hoy. Hoy es el tiempo del amor. En todos los casos y para siempre: lo que es recuerdo o deseo no es tan amor como el encuentro presente.

3
Y no hables más, muchacha
corazón de tiza.
Cuando todo duerma
te robare un color.

Y no hables más muchacha: a mi esto me sugiere la graciosa imagen eterna de un hombre intentando callar un poco a la mujer con la que está. Sí, está bien, pero pará un poco. Se sabe de manera comprobada científicamente, que las mujeres son más dotadas para el lenguaje que los hombres. Por eso el público de las librerías es mayormente femenino. Pero parece que lo masculino es también rescatar a la mujer de esa verborrea para indicarle, con sus manos y su deseo, el final de las palabras y el camino de acceso a lo concreto. Sí, también la mujer hace que el hombre se deje de pavadas, de fútbol y rivalidades, para entrar en el mundo de lo concreto de una relación lograda, pero en este caso el elemento aludido es verbal.

Después dice: "corazón de tiza". Imagen de fragilidad, un corazón al que cualquier hecho marca. Por eso es delicada, ella, y debe ser tratada con suavidad. Cuando todo duerma, en consecuencia, le va a robar un color. No le dice barbaridades sexuales, le roba un color, con la idea de que las emociones fuertes del acto sexual son colores del alma antes que contracciones del cuerpo. Es como si dijera, esta moral amorosa que la letra de este tema expresa: el camino para llegar al amor es ser capaz de delicadeza. Claro, a los hombres les cuesta, se sienten un poco putos si en vez de querer los colores de la mujer la quieren partir al medio, pero lo cierto es que las mejores relaciones, las que duran y traen más felicidad, usan más el color que el hacha.

4
Muchacha voz de gorrión,
¿adonde vas? Quédate hasta el día.
Muchacha pechos de miel,
no corras más. Quédate hasta el día.

"Voz de gorrión": el gorrión, el rayón, el color robado, siento en esta letra un mundo de barrio porteño de otro tiempo, un Buenos Aires hermoso que está mezclado hoy con el nuestro, que sigue vivo, que está para ser despertado por cualquier toque que quiera hacerlo surgir. Voz de gorrión no es una imagen para tomar al pie de la letra, es una imagen. No lleva tanto a un "pio pio" (la versión Bonavena del amor, la Muchacha a la que Ringo pudo acceder) sino a una voz que surge de un cuerpito frágil, conmovido, palpitante, capaz de salir volando si se asusta. Me imagino la objeción: las perras de hoy no son así, no tienen colores y alitas sino mucho faso y birra y kilómetros recorridos, pero me atrevo a decir que esta letra capta más lo eterno femenino que las versiones más atrevidas de las grandes hermanas de hoy.

"Muchacha pechos de miel": este es el salto, me decía mi muchacha en el happy hour, llegó de los ojos de papel a los pechos de miel. Acá hay erotismo, concreción, poesía pero en acto.

5
Duerme un poco y yo entretanto construiré
un castillo con tu vientre hasta que el sol,
muchacha, te haga reír
hasta llorar, hasta llorar.

Por último: "Duerme un poco y yo entretanto construiré un castillo con tu vientre hasta que el sol te haga reír hasta llorar." Construir un castillo con tu vientre: admito que a Serrat no le toleraría esta imagen y lo tacharía de burdo y meloso, pero en el marco de este tema tremendo estoy completamente entregado y me llega como una prueba más de belleza. ¿Qué es construir un castillo con el vientre de la muchacha amada? Hacerle el amor, ir armando esa sensación que no está en ningún lado pero que es grande, consistente, maravillosa, soñadora, misteriosa como un castillo. Y esa construcción llega hasta el punto de hacerla reír hasta llorar. Sí, podemos decir que es un orgasmo, pero un orgasmo total, es decir de amor, uno que integra lo sexual y lo emocional hasta dar lugar a un estallido en el que el goce es tan profundo que recupera todas las tristezas pendientes, un placer que repasa lo vivido y lo acepta, un momento de reconciliación con todo, un encuentro de seres que hace resplandecer el mundo. Reír y llorar: intensidad entremezclada, el bien y el mal de la sensibilidad simultáneamente sentido gracias a un amor que lo produce y sostiene.

Conclusión: este tema es la piedra fundamental del rock nacional, una delicadeza que puede no parecer rockera por su suavidad pero que lo es por su potencia abrumadora. La fuerza del rock no necesariamente tiene que ver con el volumen y la violencia, es ante todo la fuerza de una emoción de sentir la vida y de querer. Una de las cosas más hermosas que escuché, cantadas de la manera más sentida e increíble por quien es, a mi modesto juicio, la figura más importante del rock nacional y hasta diría del arte argentino. Mi modesta opinión, conmovida y conquistada por esta bestia de la emoción.


viernes, 4 de mayo de 2012

Un abrazo más...

Esto escribió Pedro Aznar, luego del recital que diera en homenaje a Luis Alberto Spinetta:
Necesitaba darle un abrazo más a Luis. Y esta fue la manera, con la ayuda de cien mil brazos.
Hay un silencio pregnante, esta tarde, en mi casa. Todo está cargado de presencia. Anoche tenía un remolino en el pecho, después del concierto, que sólo se pudo ir aflojando al leer los hermosos comentários que ustedes dejaron, y las lágrimas que refrené para poder cantar empezaron a salir.
Dicen que hoy es, en el hemisferio sur, el día en que el velo entre los mundos es más delgado y permeable. Este es el día en que se honra a los que ya hicieron el tránsito hacia el más allá. Notablemente, unas semanas antes, me surgío nombrar este concierto "Puentes Amarillos" no sólo por citar la hermosa imagen de una de las canciones más importantes de Luis, sino porque me gustaba la idea que, ya desde el título, intentara tender un puente que le alcanzara ese abrazo adonde fuera que estuviese.
El momento en que ustedes le cantaron "Muchacha..." fue exactamente eso. Un puente. El velo se abrió, seguramente, y él los debe haber escuchado cantar con el corazón abierto. Esa es la más grande recompensa para un músico, para un poeta: hacerse voz del corazón de todos.
Gracias por haber estado ahí, gracias por haberlo seguido desde tantos rincones del mundo, gracias por ayudarme a abrazar. Todavía tengo más lágrimas que soltar hasta poder dimensionar lo que pasó anoche. Ojalá Luis lo haya recebido.
Un abrazo agradecido para ustedes también.
Pedro
30/04/2012

domingo, 15 de abril de 2012

Spinetta, el músico que nos salvó la vida


Lo que van a leer no es mío, pero resume de una manera exacta lo que siento por este enorme ser que fue Luis Alberto Spinetta, por eso lo comparto. (Al final del post van a encontrar el enlace a la publicación original).
Algunas semanas antes de que la enfermedad del Flaco se filtrara en un diario sensacionalista, alguien, sabiéndome spinetteano, me confirmó que mi ídolo tenía cáncer. Días después, no me sorprendió que en la tapa de la revista Caras Spinetta siguiera brillando entre la mediocridad. La verdad es que no lo vi desmejorado: su figura, aun en los peores momentos, siempre estará asociada a la belleza, a algo refinado y difícil de sujetar. A ese golpe bajo, tan agresivo e indignante, prefiero elegir la discreción que hizo que miles de fans alrededor del país se pasaran la peor noticia con el cuidado que usarían al referirse a un gran amigo. Es que probablemente, Spinetta ha incidido en nuestras vidas tanto como aquellos a los que más amamos. Escucharlo jamás fue el acto mundano de apretar PLAY: significó, literalmente, encontrar un lugar en el mundo. Ahora entiendo que, de alguna manera, quienes escuchamos su obra hemos transitado la vida cobijados por una sensibilidad que, como la de todo gran artista, perdurará más allá de su permanencia en la Tierra. Borges siempre repetía que cuando murió William Morris, Bernard Shaw escribió "Y ahora basta de lamentaciones por el hombre que hemos perdido con Morris. A un hombre como Morris no podemos perderlo sino con nuestra propia muerte". La frase me parece totalmente adaptable a esta situación.

Cuando me enteré de su muerte no pensé en los discos de las bandas eternas (la parte de su carrera que me obsesiona) sino en que nunca más iré al Auditorium a sacar las entradas para su concierto, en que nunca más preguntaré en AGB si salió "lo nuevo de Spinetta", en que nunca más escucharé en vivo "La herida de París". Su frase emblemática es elocuente: "Mañana es mejor" y su música nunca dejó de sonar en el futuro.

Durante décadas, la música de Spinetta se erigió como núcleo de resistencia ante el avance de la estupidez como forma de vida. Spinetta actuó como antónimo de “frivolidad”, “banalidad”, etc. Durante los 90, incluso, estuvo varios años sin grabar porque no le ofrecían un contrato discográfico a la altura de sus expectativas. "Leer basura daña la salud, lea libros" fue el mensaje del cartel con el que Spinetta salió en la tapa de la revista Gente durante su romance con Carolina Peleritti. Sin embargo, esa postura, pasada de rosca, muchas veces desembocaba en un hermetismo que en algunos casos se confundía con el elitismo, la solemnidad o la pose intelectual. Como si la carga simbólica de Spinetta se hubiese desplazado de su extraordinaria música a su estereotipo (el Artista Complejo, el defensor de la Cultura, el Poeta, es decir, Luis Almirante Brown). En ese sentido, el recital de las Bandas Eternas fue un acto de justicia y una revelación. Spinetta reunió a 40.000 personas en una cancha de fútbol y se reconcilió con su veta popular, aquella que hace que hoy todos lloremos, intentando escribir o decir o recordar esa frase de ese tema que sintetice todo lo que sentimos y no podemos expresar. Tal vez Spinetta podría hacerlo: llegado el punto, hacía cualquiera cosa con el lenguaje. "Dios es un mundo en el que amar es la eternidad que uno busca" y "Todas las cosas que se pierden las tiene en un bolso Dios" son versos que se pueden escuchar en dos de sus canciones. Entre una (1976) y otra (2006) hay 30 años. Siempre nos preguntaremos cómo hizo para introducirlos en canciones pop de pocos minutos. En un texto muy reciente, Fabián Casas dice que lloró cuando en el comunicado de diciembre pasado Spinetta le dio vida a un sustantivo y nos dijo, mágicamente: "no paniqueen". En esa imprudencia verbal también advertía toda la esencia de la lírica spinetteana.

Spinetta escribía “Te hallaré en mí como un jarrón” o “Curvas del aire son puertas del blanco barco lento de las horas desvelo”. Se trata de composiciones polisémicas que funcionan en base a su sonoridad, a la forma en que se cantan y al novedoso modo en que están diseminadas en el marco de una canción de rock-pop. Pero Spinetta también era capaz de conmover otorgándole un sentido mayor a frases creadas a través de palabras simples y directas: “Muchacha, te haga reír hasta llorar”; “Oh, mi amor, qué hermosa estás”; “No hagas que me pierda yo en tu corazón”; “Y hoy que enloquecido vuelvo buscando tu querer, no queda más que viento, ¿cómo no queda más que viento?”; “Alguien me hirió y algo más me hirió y luego otro también y me quedé súper herido”. Estas dos vertientes (la que flirtea con el surrealismo, la que se vale de un lenguaje más llano) conforman el universo semántico de un autor totalmente extraterrestre. Musicalmente se valió de distintos géneros en boga (el hard rock, el jazz, el blues, la balada beatle), pero siempre metabolizando la información desde su inédita perspectiva.

Ya todo fue dicho pero nunca viene mal aclarar que su voz era como un instrumento. No sólo a la hora de cantar, sino también en la conversación: la voz de Spinetta es un emblema de la cultura argentina. ¿Quién no lo recuerda preguntando "¿Estamos todos locos o pasó una hormiga, Cacho?" o diciéndole a Mercedes Sosa que estaba saliendo con Britney Spears? En una de esas valijas que entierran para que las las generaciones futuras sepan cómo era la civilización actual, deberían poner una grabación de Spinetta hablando: nunca jamás habrá un tipo con ese tono. No hará falta guardar discos, perdurarán por siempre. Me alegra, en este momento tan triste, tener la seguridad de que dentro de cientos de años van seguir existiendo adolescentes que van a descubrir a Spinetta. De alguna manera es la prueba de que el mundo no es tan horrible.

Todos los días tengo un disco favorito de Spinetta distinto. Hoy no me voy a hacer el original. Elijo Artaud. Es el instante en el que el rock argentino deja de ser un género para convertirse en una cultura. Spinetta asimila influencias literarias y las vuelca a su obra expandiendo ese interés a todos sus seguidores. El rock ya no servía sólo para tener un look atípico y espantar a los padres sino también para elaborar una cosmovisión que contradecía las normas estructurales de la sociedad.

Recuerdo una vieja nota sobre Los Ramones en la que Joey decía que el rock le había salvado la vida. En los últimos años, casi todas las apariciones públicas de Spinetta se relacionaban con su labor en Conduciendo a Conciencia. Alertaba sobre el flagelo de los accidentes de tráfico para que no se siguieran provocando muertes evitables. El Flaco no lo sabía: sin necesidad de ninguna campaña, su música nos había salvado la vida mucho tiempo atrás.
Fuente: http://www.ilcorvino.blogspot.com.ar/2012/02/spinetta-el-musico-que-nos-salvo-la.html


sábado, 17 de marzo de 2012

y es que siempre estarás, Luis Alberto siempre estarás en mi...

Hace más de un mes que te fuiste y todavía duele...

¿Nunca oíste la hojarasca crepitar?


Por Sergio Marchi
Luis Alberto Spinetta no era flaco. Todos le decimos el Flaco por su contextura física, pero ahora, que ya no pertenece a este plano, digamos la verdad: su peso como persona era exactamente equivalente al peso de su obra artística, y para mensurarlo deberíamos inaugurar un nuevo término de pesaje. El legado musical de Spinetta es imposible de levantar: no hay fuerza humana o mecánica que pueda tomarlo y elevarlo un centímetro. Luis fue el prisma que descompone un haz de luz blanca en un arco iris de infinitos colores. Esos primeros trazos que un adolescente Litto Nebbia dibujó, esos palotes que Moris y Miguel Abuelo trazaron, fueron transformados por Luis Alberto en una fina caligrafía que nos enseñó a escribir a todos. Hemos presenciado un fenómeno de magnitud artística tal que difícilmente podamos volver a experimentarlo en un futuro, sobre todo porque la Argentina que dio a luz a gente como él ya no existe, como los amos de aquel viejo perro blanco que, como nosotros, busca descanso con su molinete.
Llevo en mí un hermoso cargamento de recuerdos de Luis, que atraviesan toda mi carrera, desde 1983 hasta la fecha. Por la sencilla razón de su bondad, siempre fui inmerecido portador de gentilezas de su parte, que se tradujeron en artículos periodísticos, entrevistas radiales y televisivas, y hasta en el epílogo de uno de mis libros, El rock perdido, que Radar publicó en su momento. Luis Alberto fue el único músico que alzó la voz para condenar ese estado de cosas que llevaron a Cromañón, sin olvidarse de la responsabilidad individual que a cada uno de los protagonistas de esa masacre le incumbía, lo que nadie mencionaba: que el público también era responsable. Dijo cosas muy, pero muy fuertes, a las que algunas almas mezquinas (de esas que hoy se dicen sus admiradores) condenaron. Pero Luis era así: su palabra tenía peso y sabía usarla con un rigor que me sorprendió. No porque pensara que no podía escribir (sólo hay que leer un par de letras para darse cuenta de la riqueza de su vocabulario) sino porque encontré en él una atención implacable y un conocimiento de la lengua que sólo he visto en algunos correctores muy puntillosos.
Quizá porque siempre busqué una excusa para entrevistarlo o poder conversar con él, un mediodía lo llamé preguntándole si podía ayudarme a ubicarme en el clima de esa época de los días de Almendra. “¿Es para un libro tuyo? ¿No es para ningún medio? Entonces, sí.” La conversación se dio junto a la consola de su estudio de grabación y duró dos horas. Lo vi genuinamente indignado por lo que había pasado en Cromañón; pero no era la suya una indignación de índole política sino de naturaleza humana: lo que más le dolía era que hubiera habido bebés en una guardería improvisada en un baño. “Yo dejé de hacer ese rock visceral que hice en San Cristóforo cuando vi que había pibes que comenzaban a pegarse en mis recitales. No, por el amor de Dios, vení, tranquilizate; vení que te toco ‘Muchacha ojos de papel’, por favor no te golpees. Como papá y como abuelo no podía permitir que eso sucediera. Por eso dejé de tocar esa música, que era la que yo más ganas tenía de hacer.”
Un artista que cambia de dirección artística, lo único que ningún artista en serio negocia, simplemente porque puede ser un pretexto para la violencia (que en verdad no lo era, porque su música tenía fuerza, pero nunca furia o resentimiento), ya se ubica en otro plano superior al del arte. Luis era ante todo un Humanista, con mayúsculas. Privilegiaba la integridad física de su público por sobre sus deseos de rockear. No sé si logro explicarme bien, pero es un acto de bondad tan grande, que descubrirlo mientras escribo me deja sin aliento, como me quedé sin habla minutos antes de salir al aire en mi programa de radio, cuando me enteré de su muerte.
Después de la desgrabación pertinente de aquella charla, y un acomodamiento de algunas oraciones, llamé a Luis y le pregunté si quería ver cómo había quedado su texto. En una entrevista para un medio, esto no hubiera sido correcto, pero sí para un libro en el que Luis quiso participar. Me dijo que sí, fui a su casa a la hora señalada, y no estaba. Toqué timbre, dejé mensajes, pero al no haber movimiento me fui. Media hora más tarde me estaba llamando al celular, deshaciéndose en disculpas y combinamos para el día siguiente. Leyó el texto con sumo cuidado, lapicera en mano, y sólo me discutía cosas altamente especializadas. “¿No te parece que esto debería ser punto y coma y no punto y aparte?” Gramática pura. Cuando de repente se cortó la luz. Luis no se inmutó, se levantó, fue hacia un cajón, buscó un par de velas, y seguimos trabajando durante media hora más, iluminados como si estuviéramos en la Edad Media. Y sin perder el rigor, al menos por su lado. Luis Alberto Spinetta corrigiendo ese texto para mi libro a la luz de las velas es un recuerdo que jamás olvidaré; la llama reflejándose en sus ojos, su sombra proyectada en la pared, ese perfil de contornos tan irregulares y armoniosos a la vez, la calidez de su mirada, la fuerza de sus abrazos.
Todo eso me nubla la vista ahora: no es que yo haya compartido tantas veces la felicidad de estar a su lado sino que Luis hacía trascendente cada momento. Supongamos que nos hayamos visto veinte veces en casi 30 años, desde que le hice la primera nota. Bueno: seguro que en cada ocasión hubo cuatro o cinco de esos momentos donde el ser humano –ya no el genio musical, el cantante de voz de diamante, el guitarrista de notas en suspensión– se revelaba en un chiste, una anécdota o una reflexión tan inteligente, tan bien articulada, y a la vez tan poco pretenciosa, que te encandilaba. Luis Alberto Spinetta como ser humano era tan increíble como su obra. Su peso específico era el mismo. Es eso lo que hoy me deja el alma partida en dos: el saber que ya no voy a poder encontrarlo en este plano y compartir más momentos de aquéllos, donde uno verdaderamente siente que la existencia de personas de este calibre es lo que hace que este mundo sea medianamente soportable.
Las emociones se me mezclaron de un modo tremendo al saber que Luis había partido. Lo tenía a mi lado, al aire, en mi programa, a Juan Alberto Badía, que conoció la misma enfermedad, y se está recuperando sin prisa, pero también sin pausa. Badía y Spinetta forjaron una relación desde los años ’70 (el concierto de Jade en Badía & Co. es una maravilla), y los dos estuvieron a mi lado y me pusieron una mano en el hombro cuando yo perdí a mi padre. Juan me protegió desde el trabajo, Luis me invitó a cenar a su casa (me dio vergüenza y nunca lo llamé para combinar). No me extrañó cuando ese atardecer en el que él murió, el mar se puso como loco y las nubes circularon a gran velocidad. Pero no pude evitar asombrarme cuando, escuchando su música, entre las nubes apareció una gran luna amarilla, unos segundos, y se volvió a esconder. “¿Qué luz extraña te ocultó de mi guiño?”, cantaba Luis desde los parlantes de la playa en Pinamar. Interpreté ese fenómeno celestial como un saludo. Y tratándose de Spinetta, no sé de qué me sorprendo. ¿Qué? ¿Nunca oíste la hojarasca crepitar? Sigo haciendo el programa como un ciego frente al mar.
 Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/7690-1639-2012-02-13.html

Lloran los ojos de papel










Cristina Bustamante, la novia de la adolescencia de Luis Alberto Spinetta e inspiradora de «Muchacha ojos de papel». Hoy es profesora de español en Los Angeles y tiene dos nietos.


ESPECIAL | «Hablé por teléfono con Luis en octubre, y me contó que estaba muy enfermo. Yo antes le había mandado un mail y él, en su estilo críptico de toda la vida, me lo contestó y me pareció que algo andaba mal. Lo llamé y me confirmó que estaba muy enfermo, pero me dijo algo que me conmovió: Estoy preparado para esto, vengo preparándome toda la vida para este momento, y yo ya dije todo lo que tenía que decir».

Conmovida hasta el llanto, Cristina Bustamante habló con este diario de quien fue -según relata- «el primero de mi vida en muchísimas cosas». Cristina, (Cris), fue la novia de la adolescencia de Luis Alberto Spinetta, la que inspiró «Muchacha ojos de papel», ese himno que cantan chicos cuyos padres aún no habían nacido cuando estos dos jóvenes de 17 años se unieron.


«Tengo un dolor enorme, estoy rota por dentro. Luis fue el gran amor de mi vida; hace algunos años, de visita en Buenos Aires, una amiga me dijo Andate tranquila que acá te cuidamos la adolescencia. Con la muerte de Luis, se muere toda una etapa de mi vida…».


Cristina partió de la Argentina en 1978; vivió siete años en Venezuela, otros veinte en Boston y desde entonces está en Los Ángeles; es profesora de español en una exclusivísima secundaria de Santa Monica a la que concurren hijos de celebridades de Hollywood. La «Muchacha ojos de papel» es una bella abuela de dos nietos que le dio su hija Celeste.


Alguna vez, ya separada de su primer marido y hace una vida, este periodista la chicaneó: «¿Estás segura de que sos vos la muchacha de la canción del Flaco?» Ella, filosa, respondió: «Qué te pasa, querido: yo incluso ayudé a darle forma a la versión definitiva de la letra».


Ayer, conmovida por la muerte de quien para millones de amantes de su arte fue el más grande músico-poeta argentino de todos los tiempos (ver Espectáculos), y para ella su primer amor, modifica la versión: «En realidad yo hice un solo cambio; en el original Luis había puesto senos de miel, y yo le dije que eso parecía un catálogo de corpiños… Estuvimos de acuerdo en que pechos quedaba mejor».


Reprimiendo en vano el llanto, agrega: «Yo nunca me di crédito por Muchacha… fue todo de Luis; el arte fluía a través de él». El periodista trata de convencerla de que muchas veces la musa es tan importante como el poeta. En vano. «La única letra que escribí para Almendra fue un tema, Chocolate, pero creo que nunca se grabó».


Almendra -Spinetta, Edelmiro Molinari, Rodolfo García, Emilio del Guercio- estrenaron el tema más cantado y recordado de la historia del rock argentino un viernes a la noche en el teatro Coliseo, en 1969. Era el tiempo en que el rock en castellano trataba de abrirse paso y el influjo del «flower power» californiano intentaba hacer pie en Buenos Aires.


La poesía de esa canción aparentemente simple (cuatro voces, una guitarra acústica, casi un «unplugged» como se lo llamaría décadas más tarde), pero complejísima en las armonías vocales de los cuatro integrantes del grupo paralizó a los 1.500 privilegiados que asistieron a ese pequeño milagro. Desde ese momento, la historia de la música local cambió para siempre.


Antes de esa noche Cris recuerda que Luis y ella se abrazaban en la cocina de la casa de sus padres (la portería del edificio donde vivía Del Guercio) para escuchar «la media hora de los Beatles de Modart en la noche», uno de los programas más populares de la época. Los dos cursaban el quinto año de secundario.


«Escuchábamos a los Beatles y dibujábamos; los tres dibujábamos bien: Luis, Emilio y yo. Y como yo sabía inglés y Luis no tanto, le traducía los temas de los Beatles; para él era una especie de heroína del inglés».


El padre de Cris, «con su ética de clase trabajadora, de encargado de edificio, no estaba para nada contento de que su nena saliera con un pibe de pelo largo. Pero después lo amó…».


¿Cómo era el «Flaco» en su relación con ella? «Luis era miel pura, y no sólo conmigo. Hace unos tres años, creo que en 2008, estaba en Buenos Aires tomando un café con él y lo llamó Mercedes, su pareja actual. Lo escuché hablar por teléfono con ella y me estremeció: abría la boca y de ella sólo salía poesía».


En esa charla telefónica en la que Cris se enteró de la grave enfermedad de Spinetta, ella le recomendó hacer meditación: un músico de jazz, maestro de su actual esposo (un músico estadounidense) también enfermó de cáncer y se volcó al misticismo oriental. El «Flaco» respondió con la frase que cuenta Cris: «Me preparé toda la vida para este momento». Ella está convencida de que «la filosofía fue la herramienta que le permitió irse tranquilo. Esa vez, que fue la última vez que charlé con él, lo escuché en absoluta paz consigo, tranquilo, fuerte para enfrentar lo que venía».


Cuando hace algún tiempo, y gracias a la red social, Cris y este periodista retomaron una amistad que había quedado trunca hace más de tres décadas, ella le confesó que la única razón que podría traerla de visita a Buenos Aires era verlo a Luis. «Ya no tengo familia, y me quedan pocos amigos ahí. Si voy es para verlo a Luis».


La historia de amor duró tres años; la letra de «Muchacha…» obviamente habla de la primera relación sexual del músico con su musa. Después cada uno siguió su camino, pero el vínculo que los unió (no sólo el musical) los mantuvo cerca pese a la distancia física que los separó.


Hacia el final de la charla, Cris estalla en llanto: «Luis no era una persona religiosa; ninguna de sus letras habla de Dios, pero desde chico estudió filosofía y estoy segura de que fue eso lo que lo preparó para la muerte. Y pese a ser agnóstico, estoy segura de que John y George van a estar esperándolo donde quiera que vaya su alma».


El flaco, sobre Cristina. "Una vez nos quedamos solos en la casa de Emilio, porque sus padres habían viajado, y entonces invitamos a las chicas a tomar algo, a bailar, una especie de asalto. Y ahí, por primera vez, me sentí enamorado. En realidad ya me había enamorado varias veces pero siempre habían sido amores imposibles de realizar por diferencia de edad; no sé, me enamoraba de las maestras, de las pibas más grandes y después no pasaba nada, obviamente. Yo era un inepto absoluto en ese momento. Y bueno, todos esos pequeños amores desembocaron en un gran amor que fue el de esta muchacha ojos de papel, que fue un amor correspondido. Porque también ella me quiso mucho. Fue mi primer amor, mi primer gran amor, inolvidable amor. Y me inspiró una canción."

Fuente: http://libertadorhoy.com.ar/?p=31087

http://www.lanacion.com.ar/1447342-el-inmenso-dolor-de-la-muchacha-ojos-de-papel

viernes, 13 de enero de 2012

Recordarán a Diego Rapoport



Familiares, músicos y amigos, realizarán un concierto para homenajear al fallecido tecladista Diego Rapoport. Se invita a participar a toda la comunidad el póximo martes 17 de enero. “Porque quisimos recordarlo con música...”

Diego Rapoport
Diego Rapoport
Luego del trágico fallecimiento del tecladista Diego Rapoport, el pasado 30 de diciembre en la ciudad de Las Flores, se realizará un concierto con el objetivo de homenajearlo. Fue organizado por la familia, músicos, amigos y se llevará a cabo en el Hotel Nevada, el próximo martes 17 de enero a las 22 horas. “Porque quisimos recordarlo con música...”.
Participarán familiares y reconocidos músicos locales e invitados especiales, entre ellos: Chingolo y Carlitos Casalla, Santiago y Nehuén Rapoport -hijos de Diego-, Ana López, la Hot Line -los Moncada y Pablo Méndez-, Hermán Lugano junto a Pope González y Mario Giménez -Neuquén-, Mabel Paredes y Valentina Gallo en recitado y danza, Graciela Novellino y Juanjo Miraglia,Guillermo Belloro y Lado Funk.
El valor de la entrada es de 30 pesos.

lunes, 2 de enero de 2012

Reposteo...


martes 8 de junio de 2010

Y si acaso no brillara el sol...

Verano de 1991...
Comenzó a sonar en las radios rosarinas una canción distinta a todo lo que había escuchado antes, su autor: Luis Alberto Spinetta. Un nombre que sin dudas conocía, pero no conocía sus canciones... hasta esa noche que surgió de mi radio una melodía..."Si a tu corazón yo llego igual, todo siempre se podrá elegir, no me escribas la pared, solo quiero estar entre tu piel".
De más está decir que me quedé con la oreja pegada al aparato...
Tuve suerte, esa noche hicieron un recorrido por el nuevo disco y pude escuchar, disfrutar y descubrir cada uno de sus temas.
Ovbiamente fue amor a primera oída!!!
Tuve más suerte aún, anunciaron una entrevista con el propio Luis Alberto para el sábado siguiente, la cita estaba hecha.
Allí estuve, pegada a mi radio, esperándolo...
Escuché la entrevista y descubrí a un ser exepcional, una dulce voz que desde la simpleza de sus palabras lanzadas al aire en ondas de radio podía definir la magia de la concepción de una nueva vida con sencillez absoluta "Todos somos un pelusón de leche" decía al ser preguntado sobre el título del álbum. "Cuando nacemos somos eso, un pelusón de leche, una pelusita cósmica esperando crecer", (hablaba de su hija Vera, que en ese momento estaba en la panza de Patricia, su mujer, y nacería poco tiempo después).
Yo tenía 13 años y me impactaron de tal forma sus decires que hoy, 20 años después, los recuerdo como si estuviera oyéndolo...
Allí nació mi amor por Luis, comencé a buscar su música, a mirar sus presentaciones en tv, a leer cuanta revista o publicación lo mencionase, y a devorar cuanto libro sobre su persona y sobre su obra llegó a mis manos.
Sé que al iniciar este blog prometí anécdotas sobre el rock nacional, música que amo. Pero en este caso me permito una licencia, para compartir una anécdota personal, que marcó a fuego mi adolescencia, y propició mi acercamiento a este maravilloso poeta del alma y trovador de la ilusión, un absoluto manantial de amor en el que abreva mi espíritu...
Aquí dejo el video de la primer canción de Spinetta que escuché, y que hizo que amara su música hasta la eternidad...

domingo, 1 de enero de 2012

La verdad sobre la muerte de Pappo Napolitano


Enojado por una biografía "mentirosa", su hijo Luciano dio a conocer los detalles del accidente que le quitó la vida al famoso guitarrista. No te pierdas una historia reveladora.


A seis años de su muerte, aún un halo de incertidumbre rodea esa noche trágica. Norberto Napolitano, Pappo, el Carpo, murió el 25 de febrero de 2005 en Luján, sobre el kilómetro 71 de la ruta 5 al caerse de su moto y ser atropellado por un vehículo que transitaba a gran velocidad.
En aquel accidente no iba solo, en otra moto y a pocos metros viajaba su hijo, Luciano Napolitano, quien guardó silencio y sólo declaró ante la justicia lo que había vivenciado aquella noche. Sin embargo, la salida a la luz de la biografía del fallecido músico, escrita por el periodista Sergio Marchi, lo incitó a hablar y contar qué pasó aquella noche.
Indignado y acusando de mentiroso al periodista utilizó su perfil de Facebook para contar su verdad y cómo uno de los máximos íconos del rock argentino murió en los límites del Conurbano.
Luciano confirmó que ninguno de los dos había consumido drogas antes de manejar, pero aclaró que si habían tomado alcohol, “una jarra de vino entre tres personas”, por lo que tenían una concentración en sangre superior a la permitida, no obstante esto no modificaba las capacidades de Norberto como conductor. Señaló crudamente el resultado de la autopsia y las declaraciones del conductor del auto que terminó con la vida del carpo:
“LUCIANO, PAPPO, ¿UN CASO CERRADO? Han transcurrido 6 largos años desde la dolorosa perdida de un ser sumamente querido e irremplazable, desde esa fatídica noche en que la vida en un inexplicable movimiento me arrebato de un solo golpe de forma inesperada y repentina a la que en ese momento era la persona más importante para mí. He pasado desde ese entonces por todo tipo de emociones. Estuve triste, confundido, asustado, destruido, enojado, exhausto, extraviado o simplemente vacío. Y he experimentado emociones que nunca había sentido.Me he hundido en el abismo de la ira y la autodestrucción, tratando de calmar mi dolor y me he preguntado una y mil veces ¿Por qué?Ha tomado mucho tiempo ir sanando gradualmente las heridas del alma y del corazón.Hoy me encuentro una vez más de pie, gracias a él y a su legado, a ese inmenso regalo que es su música de rock and roll y que lo mantiene presente eternamente en mí, empujándome una y otra vez a levantarme, aún cuando me sienta destrozado, con un mandato imperativo “Seguí, tocando, No dejes nunca de tocar…”. 
Esta ha sido la forma de honrarlo que elegí hasta hoy, seguir su camino en la música y guardar un respetuoso silencio sobre la tragedia. Lamentablemente siempre existen los personajes nefastos que quieren colgarse del ídolo y arrancar un pedazo de él para obtener un minuto de atención, que les permita disfrazar su propio fracaso. Así desde la desaparición física del CARPO, muchos han especulado hablando de él, contando anécdotas inventadas, atribuyéndose amistades inexistentes y hasta escrito libros con más de 500 paginas en los que relatan mentiras sobre hechos que no conocieron, beneficiándose económicamente.
Hoy voy ha decir basta, y voy a desenmascaraos a todos, con hechos, con pruebas irrefutables aún de aquello que por dolor tanto tiempo callé. Para aquel que se pregunta ¿Que Pasó? ¿Cómo fue?, no por una curiosidad malsana o por un interés de especulación amarillista e inescrupuloso como el del Sr. Sergio Marchi, por nombrarte a uno de los que pretende hacer dinero divulgando infundíos en un pasquín que llama libro, sino a aquel que como yo aún no puede entender como un ser tan excepcional como Norberto, nos dejo de un día para el otro, voy a contarte un par de cosas: No, No estábamos drogados: No te lo digo yo, te lo dice el Exámen Toxicológico del Perito Bioquímico (Fs. 141 Causa 161538/2005 –Legajo 3522- Orden 15 UFI Nº 3 – Mercedes, Copia Certificada ), que determinó que Norberto y yo, no teníamos en nuestro organismo sustancias analgésicas, anestésicas, diuréticos, cocaína, barbitúricos, benzodacepinas, anfetaminas u otras drogas. No, no estábamos borrachos: Habíamos comido en una parrilla y compartido entre tres una Jarra de vino. Si teníamos en sangre algo más del limite permitido por la ley, estábamos en infracción, pero era “Pappo” de quien puedo decirte que por sus antecedentes y habilidades como conductor y por su resistencia al alcohol habiendo tenido un pasado vinculado al alcoholismo ello no le impedía conducir su Harley con más pericia que muchos que son abstemios. 
No, no íbamos pasándonos en la Ruta y Jugando carreras o picadas: Mi viejo viajaba solo en una Harley Davidson de 1200 cm3 preparada por el, y yo lo seguía como podía en una vieja Kawasaki de los 80, de modestos 400 cm3 llevando conductor y acompañante, “…sería como hacer correr una Chevy contra un Citroen 2cv….”. La versión malintencionada que ha sido divulgada en sentido contrario fue obra de otro de los garcas inescrupulosos que vivian de Pappo y que ni bien falleció le inicio juicio, primero a él y luego a su sucesión por una falsa relación laboral que nunca existió para cobra dinero, lo desinteresado que era mi Viejo por el valor de las cosas materiales, siempre le atrajo una zarta de chupasangres que vivieron a costillas de él en vida y que ni siquiera respetaron su memoria una vez fallecido, pretendiendo seguir lucrando gracias a él. Algunos lamentablemente hasta de su propia sangre, como la señora del “Cuento Chino”, que si queres te cuento después. 
¿Adonde íbamos? Teníamos que ir a tocar a un Motoencuentro, también tendríamos que haber ido a cambiarnos la ropa y si hubiera sido por él tendríamos que haber pasado antes por el “CABARET”; pero el era el CARPO, y con él nuca se sabía el orden de las cosas, solo tomamos la ruta saliendo de la parrilla y al poco tiempo lo que nunca entenderé: De la verdad objetiva reconstruida por la única testigo presencial del accidente en el expediente judicial surge que: NORBERTO desacelero bruscamente intentando virar en sentido contrario al que llevabavamos, nunca sabré si el quiso volver a la quinta que ya habíamos pasado para cambiarnos (estaba en short y mocasines), si quiso cruzase al CABARET o que fue lo que le pasó para hacer esa incomprensible maniobra. Lo que si sé es que cuando lo estoy alcanzando, el brusco movimiento me sorprende, su moto roza la mía haciéndola cruzarse a la mano contraria salvándome de que milagrosamente no venía nadie de frente. 
El se cae en el asfalto con su Harley, corro para ayudarlo a levantarse y un auto a gran velocidad con sus luces encendidas golpea primero la moto y luego lo arrolla arrastrándolo y pasando su cuerpo por encima. 
¿Cuál fue la causa de su muerte? En las consideraciones medico legales del forense cuya copia certifica poseo puede verse que la causa fue …el choque y aplastamiento del cuerpo por un elemento de gran porte y dotado de gran energía cinética, arrollamiento…Como pueden ver no, no fui yo quien lo mató, lo mato un automovilista que declaró en su propia testimonial, que él circulaba a más velocidad de la permitida, y que por las distancias de frenado y arrastre surge que en realidad iba a una velocidad aún mayor que la que manifiesta.
Claro yo no sabía en ese entonces que era un abogado, que era un perito y que te conviene leer bien hasta la última letra antes de firmar nada para que no te caguen. Yo solo sabía en ese momento que había perdido lo que más amaba. Por eso viendo la tapa del disco de mi viejo “CASO CERRADO” decidí abrirme y cerrar de una buena vez por todas este tema rompiendo el respetuoso silencio con el guarde luto por mi viejo, solo para que contándolo una vez sirva para acallar tantos mentiras de los que en su afán de lucrar no respetan ni a los que partieron de este mundo, todos esos que se dicen amigos de PAPPO, él tuvo un solo gran amigo ENRIQUE ANGELOZZI y algunos pocos más pudimos recibir y retribuirle con cariño su amistad sincera el resto es puro cuento como el libro de Marchi”.
Fuente:  http://www.mdzol.com/mdz/nota/352489